lunes, 21 de septiembre de 2009

Defendiendo al acusado

No es que esté devastado, solo ha sido una mala semana. ¿Qué por qué no escribo? Probablemente porque soy un cobarde, porque desde que me enteré que hay gente allegada a mí que lee este blog para usarlo en mi contra, he preferido mantenerme en silencio hasta hoy. No soy el malo de la película, no se confundan, no le he quitado nada a nadie y no creo haber sido el motivo de algún rompimiento amoroso.

Es cierto, el post anterior dice claramente lo que sentía hacia una chica, dice, entre otras cosas que me sentía muy dolido por no haber podido aprovechar que tuve tiempo atrás con ella. Claramente también escribí en esas líneas que le deseaba lo mejor con la pareja con la que estaba en ese entonces. NADA MÁS.

Yo no tenía ni idea de la pésima relación que llevaban ellos, de que él –según mis infundadas sospechas- tampoco mostraba interés debido a ella, en otras palabras, la relación andaba en capa caída. Yo aparecí exactamente el mismo día en que terminaron, desagradable coincidencia, pero es la verdad. No fui la trampa, no fui el vil canalla que quiso lograr algo sin importarle los demás. Si por ahí alguien me conoce de verdad, sabrá que yo no podría ser capaz de eso ya que soy, así nunca lo quiera mostrar en persona, un niño bueno o cojudo (hay todo un blog que puede dar fe ello).
¿Entonces qué? ¿Por qué nos miran mal? La verdad es que no puedo hablarle a ella sin antes no esperar las miradas punzantes de algunas personas. ¿Estamos haciendo algo malo? ¿Por qué quieren buscar culpables en un lugar donde desafortunadamente todos somos víctimas? ¿Quieren show?

Probablemente si ella vuelve con él, habrá triunfado el amor y la “razón” para este público que espera tranquilo con tal de presenciar alguna escena. Por otro lado, si ella escoge a este cobarde y mediocre escritor, no solo no habrá ganado el amor, sino que nos verán a ambos como si fuéramos la pareja más insensible de tan gran círculo de amistades ¿Es justo?

…ya se vendrá un post de verdad. Saludos

viernes, 4 de septiembre de 2009

El único culpable

- A ver, déjame ver si entendí- suelta la cerveza y le sale una sonrisa espontanea.- ¿O sea que a esta flaca tu le gustabas, no atracaste nada con ella porque te gustaba otra chica, pero esta chica nunca quiso nada contigo hasta que te hartaste y la dejaste sola, y ahora me dices que te gusta la flaca que antes no sentías nada por ella? ¿es un traba lengua o me estas hueviando? ya que chucha por lo menos ya puedes salir con ella ¿no?

- Qué más quisiera, pero ahora tiene enamorado.

- A la mierda, eres un huevón. – mientras me pide que le pase el encendedor-.

No puedo explicar el porqué ahora me siento así. Hace unos meses fui una mierda total con ella y ahora no puedo acostarme si pensar en si ella está bien. Me preocupa de alguna manera, por rara que sea, la extraño. No tengo derechos, en verdad no sé qué rayos estoy reclamando. Creo que esto en vez de reclamo es una queja, no contra nadie, sino contra mí. Contra mi idiotez, contra mi estúpida mirada que no quiso verte cuando tú me mirabas. Contra mi presente, que ahora me hace sentir como un miserable cuando quiero decirte cosas que no debo. Muy tarde, bastante tarde, quizás esas cosas que te quiero decir, ahora te las dice una persona que se ha ganado ese querer que ahora yo reclamo sin ningún fundamento. Y en este momento si algo puedo hacer es acostumbrarme a esta agridulce sensación que es pensar en ti en secreto, a no recordar el pasado porque sé que fuiste lastimada por este hombre que ahora es lastimado por un destino que no entiende de lógicas, a no poder verte a los ojos porque son tan hermosos que no merecen ni siquiera la malinterpretación de confundirte.

Debes estar feliz, te lo mereces. Eres una lindísima persona y encontraste a alguien que te quería exactamente en el momento que tú sentías algo por este y que difícilmente yo podría igualar ya que si me pongo a hacer memoria del excelente record que tengo contigo, no solo no quise quererte sino que también provoqué que tus ojos no puedan descansar tranquilamente en las noches de un pasado en que (ahora recién me doy cuenta) pensabas en mí. Ahora soy yo el que no puede dormir, sentado frente a una PC soportando un frio que hiela mis manos y escuchando unas canciones que embrutecen lo poco de sentido común que queda, leyendo algunos textos que me escribiste hará algún tiempo atrás hacia mi persona y haciendo hincapié en que no entendías porque yo no te quería, ahora recién entiendo porque empiezo a sentir algo por ti.

¿Y ahora qué? No puedo hacer nada y así pudiera, no debo. Tengo que ser un buen perdedor, tengo que acostumbrarme a la realidad, a, por lo menos, saber que eres feliz a lado de alguien te tiene la dicha de entrelazar su mano con la tuya. A hacerme de la idea que en algún momento yo salga a la calle y los veré caminando y hasta deba saludarlos, seré breve obviamente, no me gusta el masoquismo aunque parezca totalmente lo contrario. A encontrar a otra persona para olvidarme de este presente tan esquivo. Quiero ser un mal perdedor.

Esta no es una confesión, ni una declaración, simplemente estaba en el deber de escribirlo para tratar de exorcizar este sentimiento que no me deja tranquilo. Tenía que escribirlo para decir que no me quede hasta estas horas por pensar en ti; sino simplemente para escribir.

Quiero que seas feliz, te lo mereces. Yo seguiré escribiendo (aunque no sé si lo merezca).

*Tres posts seguidos demostrando lo tremendo looser que soy en distintos tiempos, me salió una trilogía media cojuda… terminemos la misma con unaesta canción :