viernes, 15 de mayo de 2009

No queria saber de tu vida... tampoco de la mia

Hace unos días me visitó una entrañable amiga de la cual no sabía nada de ella desde hace ya varios meses. Quien sabría la intención de su visita, de la nada me habló por el MSN y un “¿Qué tal como estas? ¿Qué ha sido de tu vida?” dio hincapié a una conversación que duró hasta altas horas de la noche y posteriormente quedaríamos en vernos al día siguiente en mi casa. Confieso que tal visita me dejó mas que excitado, después de ya algún tiempo que no he planeado tener alguna salida con alguien, es mas, sigo con esa idea de no querer salir con nadie hasta estar seguro de alguna chica valga la pena –como si yo valiera la pena para alguna chica- y sostener una relación seria. Todas mis hipótesis de chico serio y con la cabeza no tan caliente se desvanecieron en el momento que ella me llamó para confirmar la visita. Yo, ya para ese entonces que faltaban más o menos 3 horas para la visita, estaba nervioso, creando un guión imaginario en mi cabeza, arreglando mí cuarto por si las cosas salían de maravilla y en el extremo del optimismo desempolvando un viejo preservativo que alguna vez me regalo mi mejor amigo. Todo ya estaba listo para llevar a cabo la cita.


Ya habían pasado más de 20 minutos de la hora acordada, me encontraba echado en mi cama viendo televisión y de rato en rato viendo el reloj esperando a que el timbre de mi casa suene en cualquier momento, encendí la computadora y me puse a seleccionar unas cuantas canciones adecuadas para el momento hasta sonó mi celular “estoy en tu puerta. Ábreme” y colgó. ¡Caray! Planifique el momento por horas y ya no recuerdo nada, estoy nervioso y no hago otra cosa mas que mirarme al espejo – si pues, con lo guapo que soy ¬¬ - y decirme ¡muchacho hoy la vas a pasar de puta madre! Sonrío y me dirijo a abrirle la puerta de afuera. Estoy ansioso, estoy buscando una palabra inteligente, sexy y apropiada para no espantar a la visita.


Ahí estaba ella, simplemente preciosa, no tiene mucho maquillaje (cosa que me encanta), tiene un abrigo crema que le llega casi a las rodillas y botas… ¿botas? ¡Wow! Esta chica si que tiene un gusto increíble para vestirse, parece que en vez de visitar a un amigo estaba yendo a una reunión. Mi rostro me delataba, no la recordaba tan linda y mientras la hacia pasar no se me ocurría que decir, el Italo de toda la vida –o sea el tímido, el incapaz de tener un plan espontaneo de seducción, el que se le pone la carne de gallina cuando esta al frente de una mujer bonita - estaba a punto de salir y hacerme quedar una vez mas como buen amigo para conversar ¡las pelotas! por suerte eso no pasó. Nos sentamos en mi sala (que por casualidades divinas esta a 2 metros de mi cuarto) y empezamos a charlar, ella hablando y yo escuchando mas que nada – ese es mi fuerte- y de rato en rato dando algún comentario alentando a una respuesta para que ella siga hablando y hablando. Desde mi cuarto el volumen de la música armonizaba con las risas que de rato en rato soltábamos los dos después de algunas anécdotas pasadas. Desde el concierto de Oasis que fuimos los dos, pero en zonas distintas, hasta de anécdotas de algunas fiestas en donde nos encontrábamos mas no llegamos a nada más que bailar. Ella enciende un cigarrillo y ahí es donde me veo en aprietos, ¿le digo que lo apague? ¿Me pongo a fumar con ella? Estaba a punto de mandar al carajo mis 4 meses de abstinencia al cigarro por una mujer, no pude hacer nada. No fumé pero me sentí drogado viéndola fumar, que sensualidad que es ver a una mujer fumar, o por lo menos a ella… o por lo menos a ella en mi sala –pienso-.


La música suena perfecta pero como buen DJ se cual es el orden de las canciones y ya estaba a 3 canciones de que suenen las baladas y aun no pasaba nada, ella riéndose, de vez en cuando haciendo una mirada coqueta y yo… yo, bueno no se si tengo alguna mirada o sonrisa coqueta, pero también le sonreía, hasta que empezaron, los bien recibidos por mi, “toqueteos” ahí si bueno ya no tengo excusa, “hay oye has engordado” ,me dice mientras me tocaba mis rollitos, yo me rio y le sigo el juego, ahora ella esta con una mano en mi cintura y yo con mi mano también en la suya, una cruzada de miradas y el tan esperado (y prologado) beso se dio. Todo mi pasado lo había olvidado, éramos ella, yo y unas canciones que encajaban perfecto con el momento, no dejaba de besarla, como si ella hubiera llegado en el momento que mas necesitaba a alguien. No lo sé, no lo hacia por venganza ni nada, simplemente hubo una química tan perfecta que las cosas tenían que darse por si solas. Ahora, la tengo abrazada, con mis labios en su cabeza y ella contándome quien sabe que cosa, ni atención le presto, ella voltea, me vuelve a besar pero esta vez con mas aummm ¿pasión? ¿Cólera? Y yo –para variar- le seguía el juego, creo que el momento ya estaba dicho que nada nos podía parar, pero, como si fuera una película, sonó su celular y ella contesta, parece que es algún amigo, le dice alguna excusa y le cuelga. “Es Paolo, mi ex.” Me dice. Yo la miro desconcertado, pienso que me habló de él en algún momento y yo con una memoria no tan buena lo olvidé. “¿que te dijo?” le pregunto haciéndome el interesado, “Que quería verme. Ya no quiero volver con él…” ¡Oh no! Estaba a punto de presenciar el discurso de cómo estuvieron, cuanto duraron y porque terminaron, caballero había que estar preparado para todo, y si chantarme todo un problema que ni siquiera quería escuchar estaba en el plan no me quedaba de otra.


Volvió a abrazarme, como si yo fuera la escapatoria a su problema, quizás dándome a entender que ese momento que habíamos tenido no era más que eso, que una escapatoria a una vida de la que de vez en cuando queremos olvidar. Eso no lo había pensando en ese momento, lo pensé luego que ella me preguntó “¿y tu que tal? ¿Has terminado también con alguien?” ahí si sentí como si me hubieran disparado a quemarropa. Me quedé en silencio. “no, no he terminado con nadie, por el contrario quería empezar una relación con una chica a la cual quise (quiero) bastante, somos los mejores amigos y aun hago lo que puedo para olvidarla, a veces parezco sicótico porque en verdad la extraño bastante y quisiera saber de ella, me molesta de algún modo que yo así no quiera me pase buena parte del día pensando en ella y estoy seguro que ella ni enterada del asunto, me jode no poder lograr escapar de su ¿recuerdo? Y pensé que tú ibas a lograr el comienzo de una nueva etapa, pero veo que no fue así, no esperaba tu pregunta ¿tienes un cigarro por ahí?” Eso fue lo que le quería decir, pero solo le dije “nada mujer, no quiero tener problemas” sonrío y me sale el papel de actor que quería interpretar, la abrazo y la vuelvo a besar para olvidar el mal momento, obviamente, eso fue imposible.


Se termino la química, de la simpática charla y las sonrisas… termino en lamentos, ex enamorados y recuerdos. Ella se fue y yo, aun con la música, me eché en mi cama a pensar solo en una persona.


El video/la canción: el difunto grupo The sacados con una canción que caía a pelo en el momento en el que me quedé solo echado en mi cuarto: