viernes, 18 de noviembre de 2011

Britney y yo

Recuerdo hace diez años cuando escuché por primera vez a Britney Spears. Yo estaba saliendo del colegio y en la movilidad sonaba a todo volumen una canción llamada Baby One More Time. Mis amigas la coreaban y yo, secretamente, también. Unas semanas después mientras hacía zapping en la televisión vi por primera vez el videoclip de la misma canción. ¿Mi reacción? Creo que no la tuve, solo atiné a apagar la tele. Ella sólo tenía 17 años y yo estaba por cumplir 12 y una extraña sensación morbosa entraba por primera vez en mi mente. No miento si digo que era la mujer perfecta: una combinación de sensualidad con traviesa inocencia, un rostro de angelical, unas caderas pronunciadas, y a todo eso había que agregar que estaba vestida de escolar, como yo en ese entonces.

Querida Britney, tengo que ser sincero contigo: es cierto, crecí con tu música, con tus dos primeros discos para ser más exacto. Tuve más amigas mujeres en la primaria y hasta me compré un CD tuyo alguna vez (Oops!... I Did It Again). Cualquier chica de mi edad de mi edad – y espero que también chico – recuerda canciones como Sometimes, Stronger, Lucky, entre otras. Pero, déjame decirte que para este niño de finales de los noventa, fuiste algo más que esas canciones. Fuiste mi primer amor platónico.


En un mundo conquistado por grupos de cuatro ó cinco chicos, caras bonitas que sólo buscaban conquistar chicas, apareciste tú para demostrar que las mujeres siempre terminan teniendo el control de todo. Y es que sí eso grupitos encantaban a las chicas con sus coreografías, tú no sólo bailabas a la perfección, sino que también enamorabas a tu púber público masculino. Claro, hay que aclarar que a más de uno nos rompiste el corazón cuando nos enteramos que tenías una relación con Justin Timberlake, entonces parte de N’Sync. Yo rajando de grupos como el suyo y tú nos diste donde más nos duele.


Pero como todo en esta vida no puede ser injusto, terminaste con Justin casi a la par con la evolución de tu música, y con ésta de tus videos. Dejaste de mostrarnos tu lado inocente para dar lugar a una Britney más atrevida, más sensual. Yo ya bordeaba los quince y tú aparecías en el de I'm Slave 4 You, donde cambiaste las coreografías pop por bailes calentones que subían la temperatura de cualquier adolescente como yo. En ese entonces, si bien me sentía más que seducido por tus nuevos videos, también la edad y un nuevo círculo de amigos me obligaban a escuchar otro estilo de música.


Correcto, no queriendo que nadie me alucine con mi casaca de cuero negra, lentes oscuros y botas, me he vuelto rockero desde hace ya varios años. Britney espero me comprendas, pero no podía andar por las calles cantando Intoxicate me now with your lovin' now”. Sin embargo, y contra todo pronóstico, volviste a meterte en mi mente cuando en los MTV Video Music Awards del año 2003 apareciste al lado de – la que creo yo, es tu madre musical – Madonna y de – la que fue en algún momento tu rival en los rankings – Cristina Aguilera. ¿Quién podría olvidar esa presentación? Estabas vestida de novia al comienzo, pero luego te quedaste en un vestido más diminuto. Seamos precisos (porque la escena se me hace imborrable) era un babydoll blanco también. ¿Deseo? ¿Ganas? No puedo describir el poder sobrenatural que no me permitió parpadear mientras veía el televisor. Hasta que sucedió lo impensado: un beso entre Madonna y tú de poco más de un segundo volvió locos a todos. Hay que precisar que Christina también se mandó un chape con Madonna, pero la cámara estuvo de tu lado. El camarógrafo estaba enfocando la reacción de tu ex, Justin, y se perdió el momento con Christina. No importa, verte así, tan arrebata, hizo que necesite un babero de inmediato. En cuestión de segundos me reencontraba con una conocida sensación morbosa dentro de mi mente. Y la recibí con gusto.


Los años siguientes tu presencia se diluyó en medio de escándalos. Escenas de tu vida donde no hubo ni glamour ni sensualidad. Más de uno sintió que el fin de tu carrera estaba cerca. Desde estados de ebriedad, pasando por raparte el todo el cabello, hasta constantes internamientos en clínicas de rehabilitación y matrimonios fugaces con un amigo que es mejor olvidar y con el paparulo de Kevin Federline. Entendí que además de ser artista o musa, también eras un ser humano. Pensé que más importante que caerse siempre es levantarse. Hasta para eso se necesita talento, y tú, aunque la hiciste larga, parece que lo lograste.


Ya no dejabas casi nada para la imaginación. Atrás quedaba “la princesita del pop”. Britney había vuelto a reinventarse, esta vez, más que sensual, sexual. No me quejo, al contrario. Creo que hoy estás haciendo lo correcto, debes hacerlo, pues a diferencia de otros años, ahora te ha salido competencia fresca: Lady Gaga o Katty Perry por ejemplo.


Por eso, al enterarme que venías a Perú para presentarte este 24 de noviembre, se me hizo inevitable recordar canciones que, aunque me cueste aceptarlo (recuerden que hoy soy rockero), forman parte del soundtrack de mi vida. Sin embargo, creo que queda claro que eres más que eso. No sólo tu música me ha acompañado, he crecido con tus videos, con tus escándalos, con tus juergas, con tus sensuales movimientos de baile y con tus sexuales atuendos (¿alguien puede olvidarla en su video Toxic, casi desnuda en vestido transparente de brillos?). Britney, has crecido conmigo. Quizás hayas cometido errores, pero vamos, qué adolescente no los ha cometido. Y es que, pese al largo camino, has evolucionado, has madurado, tal y como lo hemos hecho nosotros. Hoy sólo eres una femme fatale, eres nuestra femme fatale. Bienvenida.


*Artículo que escribí para la segunda edición de la revista de arte, cultura y espectáculos "Acceso total", búscala en los principales puntos de ventas. 

PD: Ya se viene un post, gracias.

miércoles, 27 de julio de 2011

El regreso fugaz de "E"

Eres un diablo, yo tuve la culpa, yo te invoqué.

Querida “E” apareciste de nuevo y con fuerza. Insisto, yo tuve la culpa. Mandarte un correo diciendo que me gustaria saber de ti (despues de algo mas de tres años que no conversabamos) que nos podriamos tomar unos tragos para actualizar vidas, fue un agardable error. Respondiste mi correo diciendo que te agradaba la idea, que te avisara que que dia podriamos vernos, y yo ya más emocionado, puse hora y fecha.

Si me ponia a recordar los tiempos que estudiabamos juntos, probablemente le mejor idea para vernos hubiera sido un parque, como los viejos tiempos. Sin embargo, ya hemos crecido, ya hemos vivido, así que pasó por mi mente ir a un bar, pero como solo tenia treinta monedas de un sol, no nos iba a alcanzar para nada. Así que pasando por el plan A, el plan B y todo el abeceario, no me quedó otra que el plan Z.

Plan Z: Llevarte a mi casa cuando mi madre duerma y quedarnos en el jardín conversando.

Pero como tú eres un diablo, extrañamente cuando llegamos a mi casa no habia nadie, y como hacia frio, fuimos a mi sala. No me importó arriesgarme a que mi madre llegue en cualquier momento, con tal de escuchar tus historias de chica media hippie mientras tomabas pisco y botabas el humo del cigarro por tu boca. Yo, una vez más poniendome mi antifaz de chico extrovertido (y porque no, de medio hippie) me reia de todas las cosas que me contabas y de todas las curiosidades que tenias a futuro. Esa química perdida por los años, la estabamos recuperando en minutos: Desde zapatillas, carreras universitarias, bandas de rock, pasando por ex amores y amores presentes, mi madre, mascotas, y otras cosas más, hablamos de todo.

Amores, tú me hablaste de un chico con el cual no podias estar porque no se entendian, que lo querias pero el de alguna manera te habia pagado mal. Yo te conté mi historia, de lo perfecto que sería tener una relación con las persona que quiero, y de lo inperfecto que es intentarlo ahora.

Solo fueron tres rondas de pisco con gingerale y ya estaba a cinco centímetros de tu boca. Ese silecio repentino mientras nos mirabamos fue sincero, aliado y complice para darnos cuenta que faltaba todo menos palabras. Así fue: te tomé de la cintura y te besé, tú mucho mas desafiante que yo, de una manera animal me mordiste.

Me preguntaba como terminaría esa situación mientras te seguía besando:

a) Sexo
b) Sexo
c) Sexo

No había mas opción.

Te extrañaba pequeña “E”, alguna parte de mí sabía que esto podría terminar así, no me lamento, pues te digo al fin y al cabo soy hombre, pero es jodido saber saber una vez más que las cosas son automáticas, que probablemente si me detenía, este momento nunca más se iba a dar y pasaría todo lo contrario y nunca más sabría nada de tí. Así que ya sin ropa, pero aun con mi antifaz puesto, te llevé a cuarto para que pongas mas cómoda.

Creéme, te endiosé en esos momentos. Quizás por nuestro pasado, quizás por tu cuerpo menudo; sencillo, o quizás por las cosas que sabías hacer en mi cuarto.

Terminamos en mi cama, tú apoyada en mi pecho y yo acariciando tu cabellera. Estabamos conversando con la música a volumen bajo ¿de qué? No tengo ni idea, yo para ser sicnero, estaba mirando el techo mientras pensaba. Yo me debo a alguien, y te lo dije. Tú, loca y extraña, también me lo dijiste. ¿Qué haciamos juntos entonces?

¿Sería esta otra lección de la cuales no quiero aprender? ¿A caso aquí comenzaría algo? No lo creo, tú eres libre, en tus labios probé esa sensación. Yo, encambio siempre sere esclavo de algo que ni sé, de una extraña combinación de necesidad de alguien y deseo de encontrar algo parecido a sentimientos, más íntimo que dos cuerpos desnudos. Mañana quizás despiertes pensando de nuevo en ese chico con el cual tienes una relación inperfecta, que lo dejaste de ver porque no se entendian, pero igual lo extrañabas, mientras yo querre saber más de ti y como podr inmortalizarte en palabras.

Era así entonces la explicación de la realidad, que se puede dar todo de uno mismo a cualquier persona, ya no importa si son los labios o todo el cuerpo, siempre y cuando no involucres sentimientos, porque ahí recien uno sentirá que hizo algo mal. No había nada correcto o incorrecto, simplemente era el destino.

  • Tengo que irme.
  • Está bien.
  • ¿Fumamos un último cigarro?
  • Perfecto.

Te vuelves a apoyar en mi pecho mientras fumas, poniendo el cenizero a un costado de la cama. Me besas otra vez y te encargas de que sienta tu lengua. Me pones la tarea difícil chiquita, sabes que te voy a extrañar, pero no te lo diré, cualquier muestra de sentimientos seriá el comienzo del fín.

Voy a dejar que el destino (o un correo electrónico) vea si nos quiere volver a juntar, mientras tanto sigue haciendo tus diabluras, que yo no estoy para confesarte.

*Hay tres Posts donde hablo de "E" en este blog: http://bit.ly/qI7NJB, http://bit.ly/p1usMt, http://bit.ly/r3mh0o









miércoles, 6 de julio de 2011

Ver para creer

Confieso que antes del partido contra Uruguay yo tampoco apostaba por el seleccionado bicolor. Sin embargo, más allá de la abrumadora publicidad que nos enamoran de la selección en cada competición, hay que decir que Perú jugó bien ante los charruas. La sensación de sorpresa desapareció al darme cuenta que en este proceso se puede confiar, le hemos jugado parejo a una de las mejores selecciones del mundo (cuarto puesto en el último mundial). ¿Como lo hicimos? Simple, teniendo un técnico que antes de apostar por jugadores, apuesta por estrategias. Ante las lesiones de Pizarro y Farfán, nos quedamos sin nuestra mejor ofensiva de cara a la Copa América, teniamos que entender eso, que no era el fin del mundo pero teniamos que tomar nuestras precauciones en defensa. Así lo plasmó Markarian en el partido, ultizando a un Paolo Guerrero como unico hombre punta para contragolpear a los Uruguayos. Curioso que no estaba en los planes pese a ser uno de los mejores refrentes de área que tenemos, aún así marcó, lección aprendida.

No confiaba en esta selección porque los partidos previos a esta copa eran contra selecciones de nivel bajo (fuera de la Copa Kirín en Japón) como para sacar conclusiones positivas. Otro factor que me daba desconfianza era que al parecer el técnico nacional tenia a sus jugadores favoritos, osea sus ahijados, jugadores que en el torneo local no atan ni desatan (Guevara, Vilchez, Chiroque, Cruzado o Yotum). Como último factor es que el tiempo que Markarián que tiene como técnico de la seleccion es poco como para poder ver resultados inmediatos.

Lo que ayer vi fue una respuesta contundente a todas mis dudas. Un Perú ordenado atrás, mostrando tranquilidad desde el arquero hasta el delantero. Supimos contragolpear e hicimos daño cuando Uruguay se empezaba a mostrar como dominador del partido, es más hasta tuvimos para ganarlo en los minutos finales. El empate era lo más justo pues el seleccionado uruguayo tambien hizo lo suyo.

Con este empate uno vuelve a soñar. Si le jugamos así a chile y a México estamos más que adentro en la segunda fase del torneo, lo firmo. Ahora dependerá del temple de los jugadores creer que puedan mantener este nivel mostrado. Como diria Markarián “El técnico tambien es cada uno de los once jugadores.” Creo de nuevo en esta selección, pero sigo con los pies en la tierra.


*Artículo de opinión para el curso de Redacción periodística

jueves, 30 de junio de 2011

El Observador

Es extraño, te lo juro, es muy extraño. Verte entrar al salón y sentarte en la primera carpeta que ves vacia, sacas tus cuadernos y lapiceros, te pones tus lentes y miras al profesor. Ya no hay una alumna ahí, sino un angel, un angel con cabello negro ondulado, con un jean descolorido ¿Pero a quién le importa el jean? Si lo que todos quieren ver, es la forma de tus piernas. Porque a ese look de mujer estudiosa hace un perfecto juego con tu cuerpo curvilineo y eso lo saben todos los que te están viendo como yo.


Levantas la mano y el profesor te deja preguntar. Apenas acabas la pregunta ya son más de tres los hombres que se ofrecen volutariamente para responder, ninguno sabe la respuesta, pero hablan cuanquier cosa con tal de que sepas que existen. Te ries de sus comentarios y el salón se vuelve un circo por un par de minutos. Vuelves a escribir en tu cuaderno y dibujas un corazón con tu nombre en la la parte superior de la hoja, la chica que está a tu costado te pide algo y le das un lapicero rosado. Pides permiso para ir al baño, pero la verdad es que quieres ir a fumar un cigarro al patio. Cuando sales del salón, dos hombres que están sentados en las ultimas carpetas se pasan la voz mutuamente para verte mientras sales por la puerta, supongo que alguno de ellos te está imaginando de una manera inadecuada. A los diez minutos que vuelves, inpregnas todo el ambiente con olor a tabaco y nadie se queja, tampoco lo hago yo.


¿Que estarán imaginando ellos al verte?


Es Extraño, te lo juro, es muy extraño. Porque ahora soy solo un observador, mientras que antes yo era la persona que salia contigo para ir a fumar no uno, sino varios cigarros porque nos olvidabamos de la clase cuando conversabamos. Porque en un a de esas salidas nos dimos en primero beso y pude comprobar que no solo tu voz era dulce, tus labios también lo eran. Porque ese mismo jean descolorido que miraban con lujuria, yo mientras te acariciaba te lo quité para continuar besando lo infinito que era tu cuerpo ante mis labios. Porque mientras ellos te imaginaban en la cama, yo estuve en la tuya, deslumbrado ante tu cuerpo desnudo, porque yo sí te comparé con un angel cuando te miraba a los ojos desde tu pecho. Ellos que van a saber de eso.


Que van a saber que hablas mientras duermes, y que luego despiertas solo para darme un beso. Ni lo imaginan. O que cuando despiertas te gusta preparar café, y te gustaba que los dos tomaramos de la misma taza, para luego no probar nada más que nuestros labios antes de salir para clase. Peinados o despeinados, eso no...


-¡Noel! Podria decirme ¿Cuál es la respuesta de la pregunta cinco?


- ¿La cinco profesor? ...




Los dejo con esta canción que va pelo con el invierno:


lunes, 25 de enero de 2010

Mi Mala Suerte

“No le puede decir gay a tu jefe que… es gay ps” decían mis amigos del trabajo mientras reian y celebraban cuando salíamos a buscar comida en la madrugada, otros, ya dándome por muerto (no sé si por pesimistas o realistas) decían “vas a ser la persona que van a botar de la manera más estúpida en toda la historia del restaurant” mientras cruzábamos la pista.

Era cierto, había ofendido a mi jefe de la manera más fuerte creo yo, no lo sé, creo que él hubiera preferido que le mente la madre pero nunca decirle cabro sabiendo sus gustos sexuales. Pero que puedo hacer, tengo una suerte media a lo chavo del ocho desde siempre, solo que ahora soy adulto y debo pagar las consecuencias como tal. Sin embargo insisto con culpar a mi mala fortuna…

Era casi las 3am y aun no terminábamos de barrer el local, para esa tarea solo nos quedamos dos en el piso: Eduardo y yo, ya sin música y la mitad de las luces apagadas Eduardo empieza a joder haciendo los típicos bromas de maricones “hay mírenla con la escoba es toda una Natacha” “hay mírenla como se endurece el pezón cuando agarra el mando de la escoba” con una voz bastante afeminada. Luego, se me acerca y empieza a acariciarme la loca esta, yo, sabiendo que todo es broma también lo jodo hasta que terminé de barrer. Cuando ya me disponía a ponerle seriedad al asunto porque tenía que cuadrar le digo de forma autoritaria “ya mierda, no jodas que tengo que cuadrar mi dinero de las ventas” mientras que él “haay ya empezó la secretaria” manteniendo el tono nada masculino de su voz. No le hago caso y me siento y empiezo a cuadrar en una de las mesas, cuando en eso, en no más de medio minuto que trataba de obviar las mariconadas de Eduardo, yo con la cabeza gacha y tratando de sacar todo el dinero de mi canguro, alguien acaricia la parte posterior de mi cabellera (por no decir mi nuca) y sigue defrente, yo por inercia solo atino a decir ¡Sal oe cabrazo! Mientras sigo cuadrando, grande fue mi sorpresa cuando escucho una voz seria y falsamente femenina diciéndome “Oye ¿Qué me has dicho?” levanto la mirada y veo a mi jefe con cara de todo menos de cabro en ese momento, la cara de marica la tenía yo que no sabía qué hacer o decir.

¿Piña? ¿Salado? Eso es poco creo yo. Pese a que busqué un buen floro para ofrecer disculpas en la oficina del jefe, a este nada le importó y tenía en mente mandar mi traslado del local, ya no en larcomar sino en el jockey plaza, ese era el secreto a voces que toda la tienda rumoraba los días postreros al incidente. Yo en verdad estaba asustado, no quería que me boten del trabajo, ni siquiera que me trasladen del local, creo que soy buen trabajador pero el jefe ya me había marcado con una X gigantesca y de eso ya se había percatado el gerente que por… (No sé si buena o mala) suerte fue con quien paraba en los primeros días del entrenamiento. Me citó en la oficina y me preguntaba que no sabía porque el jefe me quería botar si o si. Yo solo atiné a contarle el incidente que tuve con él, se mató de risa como un minuto y luego de una forma comprensiva y graciosa me dice “eres un huevon, putamadre, no te preocupes, no sé cómo le voy a hacer, pero no te van a botar.”

Fueron ciertas sus palabras, han pasado más de dos semanas y sigo siendo trabajador del restaurant, lo que si no dijo y no puedo ni reclamar es que en estas semanas he estado en todos los locales menos en larcomar, o sea he sido trasladado. No me disgusta porque fue con la promesa de que mi gerente hacia todo esto para que el jefe se olvide de todo el problema sin embargo, ahora por un extraño beneficio a futuro no quiero volver a larcomar.

La primera semana estuve en el local más grande de la franquicia, con miedo porque no conocía a nadie y con temor a cometer algún error y le avisen a mi jefe de larcomar. Todo salió bastante bien por suerte. En cambio, cuando después me mandaron al local del jockey, me sentía más en confianza porque ahí fue donde había entrenado y conocía a la mayoría de los trabajadores. Grande fue mi sorpresa cuando alguien me saluda y yo no atino a responder: era Dana. En ese entonces ni interés le puse. Pasaron los días y empezamos a conversar, ella estudia comunicaciones (como alguna vez lo intenté hacer yo) y me comentaba sobre que le gustaba hacer. Desde ese momento la empecé a ver con otros ojos, buscaba la forma de pasar por su lado para molestarla o comentarle cualquier estupidez. Ella tan linda accedió a darme su correo cuando se lo pedí disque para mandarle información de un taller de literatura con escritor que a ella y a mí nos gusta. Para ser sinceros eso fue lo único que hice, le mande la información a su correo y no tuve la hombría de agregarla a mi msn, ella me respondió el correo de la misma forma seria que yo le había escrito. Hoy acabo la semana de trabajo en el jockey y no me quiero ir, quisiera hablar más con ella para conocerla, es tan sencilla pero tan linda a la vez que de alguna manera me intimido cuando me habla. Una de las pocas veces que hablé con ella le hizo prometerle que le iba a reglar un sticker que le comente que tenía en mi cuarto, como sé que ya no la volveré a ver, quedamos en que ella iría a larcomar y ahí se lo daría, pero esta bien difícil a que eso suceda.

No quiero volver a larcomar, siento que no sobreviviré ahí, siento que mi jefe buscara la primera excusa para botarme, siento que debo agregar a Dana al msn y rogar a ser admitido en sus listas de contactos para saber de ella, aunque también siento que mi suerte esta echada.

Para ella…
Beautiful Ones - Suede

martes, 10 de noviembre de 2009

Las ganas de tu inocencia (primera parte)

Esta noche no iba a ser cualquier noche, eso lo sabía muy bien Katia. Lo sabía desde que salió de la ducha, caminaba hacia el espejo más grande de su cuarto mientras se secaba cuidadosamente su largo y ondulado cabello. ¿Qué estaría pasando por su cabeza? Un mensaje de texto enviado un par de horas antes sería originalmente el culpable de que ella vuelva a creer en esos cuentos chinos. Cuentos chinos, así ella llamaría a las escusas y la poca preocupación que mostraba hasta ese entonces el enamorado que quizás mas quiso, cuatro meses de relación son la mayor prueba de que ella estaba enamorada y quería estar con Javier a como de lugar, pero nunca comprendió que para mantener dos corazón unidos hacia falta que uno de estos quiera de verdad. Nunca lo comprendió, ni siquiera esta noche.

Se miraba coqueta al espejo, su pecho desnudo y la otra mitad de su cuerpo aún atada con la toalla. Sabe los atributos que heredó de la familia de su padre: gruesas y moldeadas piernas y un busto no muy grande pero si pronunciado. Empieza a bailar de una manera delicada una melodía que tararea en su mente mientras se pinta los labios. Katia vuelve a soñar despierta, y no era para menos, su príncipe azul vendrá a recogerla en tan solo una hora y no sabía que ropa ponerse. Un jean ajustado y unas botas serian la parte sencilla de escoger, mas no estaba segura si ponerse polo, una camisa o un top, finalmente escogió el top.

Ella sabe la verdad, sabe quizás que lo que decía en el mensaje era mentira, que todo el universo de ficción que estaba encerrando en su hermosa vestimenta podía venirse abajo si tan solo se ponía a pensar que el hombre que vendrá a recogerla no quiere más que hacerle mas daño –o al menos eso fue lo que hizo todo el tiempo que estuvo con ella-. “Todos merecen una segunda oportunidad” dice mientras se apoya en su ventana con los ojos en el cielo y esperando que la luna sea por lo menos la única que le crea. No dejaba de ver su celular, ya sea para ver la hora o para ver – por enésima vez- el mensaje y esperar mantener esa sonrisa enamorada que el destino le había puesto.

Javier llegó. No hizo ni un poco de bulla, manejaba a bajísima velocidad hasta estacionarse al frente de la casa de Katia, quizás lo que aun quedaba de ese niño bueno que seguía al pie de la letra los consejos que le dio su padre antes de morir lo estaba atormentando.

La historia del padre de Javier no la sabía nadie, solo Katia, probablemente se la contó una de esas pocas noches donde intimaban sus más grandes secretos. Sin embargo esta infidencia marcaria su presente. El señor Dan siempre fue un padre ejemplar, no tenia problemas con su mujer pese a los once años que tenían de matrimonio, con Javier tenia una un lazo mas grande que el de padre e hijo, era casi amigos “soy tu amigo, no lo olvides, pero delante de tu madre deberé comportarme como un padre viejo y cincuentón, tu sabes, para que la vieja no se amargue” era las frases que le dijo Don dan a su hijo cuando acababa de cumplir sus once años, sin pensar que a los pocos días, iban a ser avisados los miembros de la familia que el patriarca del hogar fue encontrado muerto en un hostal a pocas cuadras de su trabajo, la infidelidad no solo destrozó una vida, sino que también una familia. Después de eso, los consejos que había recibido el pequeño Javier de entonces sobre las mujeres y como respetar a las damitas, como diría su padre, se fueron esfumando con el pasar del tiempo, hasta llegar a lo que seria hoy.

Nunca tocó la bocina del carro para que baje Katia, se detuvo y empezó a pensar si estaba bien lo que iba a hacer, no hay tiempo para respuestas, solo iba a esperar a que una pregunta lleve a otra y volver así a ese pasado oscuro que sus cortos veinte años no podían olvidar. Cuando en el momento menos pensado Katia aparece por la del costado y le sonríe. El momento había llegado.

- ¿Qué pasó, no ibas a tocar la puerta?- le decía mientras entraba al carro.
- Lo que pasa es que no sabía si darte este regalo ahora o cuando te traiga de regreso.- saca de la guantera tres rosas: una roja, una blanca y una amarilla.
- ¡Que lindo! Te acordaste de mis colores favoritos.
- Nunca los olvide.- mientras la mira detenidamente.

Había dado en el blanco, ¿Qué mejor comienzo no Javier? Lo poco que prestaste atención en la relación sirvió para hacer tu regalo de chico arrepentido. Su inocencia y tu viveza ¿para que mas? Hasta creo que terminaste con ella solo para llevar a cabo este plan, esperar que el tiempo haga el trabajo sucio para que ella te olvide y de ahí llegar como si nada hubiera pasado. Maestro.

- ¿Me has extrañado? – pregunta mientras enciende el primer cigarrillo.
- ¿debería de hacerlo? mentira tontito, claro que te he extrañado. Y por lo que veo tú también me has extrañado ¿no?
- Eso ni lo preguntes. Vamos, te llevo a pasear.

Siempre hacia esas respuestas, “eso ni lo preguntes” “sí ya lo sabes” “¿mi cara no te dice algo?” repetía una y otra vez cuando alguna mujer le hacia preguntas, se la llevaba fácil, ni siquiera las miraba a los ojos. Su sonrisa y la vista a un costado seria todo lo que haría para sus acompañantes del momento se sintieran seducidas. ¿A dónde la llevaría a pasear? Iba a ser todo un caballero preguntándole a donde deseaba a ir solo para ser cortes, claro esta. Él ya sabía a donde la iba a llevar, lo sabía tres días antes de enviarle ese mensaje. “Huevón, me lleve a Natalie a tirar a la subida del monte Palermo ¡ni un alma que joda! Hubieras visto” fue suficiente para tener idea de a donde llevarla hoy.

Llegaron al lugar: Katia, entre sorprendida y emocionada por el hermoso paisaje que mostraba las faldas del monte, no dejaba de sonreír mientras señalaba algunos lugares conocidos que se podían ver desde la ubicación del carro. Javier, encendiendo su segundo cigarro, empezó a piropearla de una manera educada y seria a la vez, lo que provocaría la sonrojes de Katia.

- ¿ya ves que este lugar es mejor que los sitios que querías ir?- mira a un costado mientras bota el humo.
- ¡Es hermoso!
- Mi padre nos traía a mi madre y a mi cuando era muy pequeño, ellos conversaban mientras yo dormía en el asiento trasero, o bueno, ellos creían que dormía.- se ríe- nunca borré de mi mente este lugar.
- Gracias por traerme aquí.
- ¿Cómo has estado todo este tiempo?

Inició así la conversación que entre risas y abrazos, ya sea por el frio o simplemente por muestra de cariño, se vinieron dando. El plan marchaba perfecto. Si antes, cuando estaban juntos, no había pensado en acostarse con Katia fue por que de alguna manera encontraba en ella una personalidad que no había encontrado en la demás mujeres con las que había salido. Estabas enamorado Javicho, acéptalo, que a tu deseo por tener sexo le haya puesto un limite la virginal Katia, no te dejaba vivir como a ti te gustaba y eso era lo único que no tolerabas de la relación, pero por mas que lo intentes encubrir, esa seria tu segunda excusa para buscarla, no lo niegues, estabas enamorado.

Media hora más conversando y aun no te atreves a besarla en los labios ¿Qué paso, arrugaste? No estaba en tu cabeza la propuesta que ella te iba a hacer:

- ¿y si lo intentamos de nuevo?- pregunta Katia
- ¿has estado con alguien desde que terminamos? – se impresiona Javier mientras le quita la mano de la pierna.
- ¿Qué? ¿es importante eso?
- Solo respóndeme
- No te voy a responder.
- Dime ¿con quien?
- ¡No he estado con nadie! ¿feliz?
- ¿Por qué no me querías responder entonces?
- ¿para que chucha querías saber?

El ambiente se torna callado y tenso, Katia mirando su ventana y Javier mirando el cada vez más apagado paisaje. No iban a volver, por lo menos él no quería aunque ella puso en evidencia que eso era lo que quería. Ya todo es más fácil ahora, piensa Javier mientras enciende otro cigarro.

- No fumes por favor.
- ¿Estas llorando?
- Si, y no fumes por favor.
- Esta bien. – bota el cigarro por la ventana- no llores, no quiero verte llorar.

- Dime la verdad ¿para que has venido?
- Ya te lo dije, te he extrañado.
- ¿Nada más?

Apenas termina de hacer esa pregunta, Javier se va encima de ella y empieza a besarla, Katia no opone ni la más mínima resistencia a sus manos que empiezan a tocarla de la cabeza hasta las piernas. Lo que tanto buscaba Javier iba a ocurrir.

*Y como está de moda... "continuará"

¿quiens e acuerda de este tema noventero?

lunes, 21 de septiembre de 2009

Defendiendo al acusado

No es que esté devastado, solo ha sido una mala semana. ¿Qué por qué no escribo? Probablemente porque soy un cobarde, porque desde que me enteré que hay gente allegada a mí que lee este blog para usarlo en mi contra, he preferido mantenerme en silencio hasta hoy. No soy el malo de la película, no se confundan, no le he quitado nada a nadie y no creo haber sido el motivo de algún rompimiento amoroso.

Es cierto, el post anterior dice claramente lo que sentía hacia una chica, dice, entre otras cosas que me sentía muy dolido por no haber podido aprovechar que tuve tiempo atrás con ella. Claramente también escribí en esas líneas que le deseaba lo mejor con la pareja con la que estaba en ese entonces. NADA MÁS.

Yo no tenía ni idea de la pésima relación que llevaban ellos, de que él –según mis infundadas sospechas- tampoco mostraba interés debido a ella, en otras palabras, la relación andaba en capa caída. Yo aparecí exactamente el mismo día en que terminaron, desagradable coincidencia, pero es la verdad. No fui la trampa, no fui el vil canalla que quiso lograr algo sin importarle los demás. Si por ahí alguien me conoce de verdad, sabrá que yo no podría ser capaz de eso ya que soy, así nunca lo quiera mostrar en persona, un niño bueno o cojudo (hay todo un blog que puede dar fe ello).
¿Entonces qué? ¿Por qué nos miran mal? La verdad es que no puedo hablarle a ella sin antes no esperar las miradas punzantes de algunas personas. ¿Estamos haciendo algo malo? ¿Por qué quieren buscar culpables en un lugar donde desafortunadamente todos somos víctimas? ¿Quieren show?

Probablemente si ella vuelve con él, habrá triunfado el amor y la “razón” para este público que espera tranquilo con tal de presenciar alguna escena. Por otro lado, si ella escoge a este cobarde y mediocre escritor, no solo no habrá ganado el amor, sino que nos verán a ambos como si fuéramos la pareja más insensible de tan gran círculo de amistades ¿Es justo?

…ya se vendrá un post de verdad. Saludos